El Real de la Almadraba de Nueva Umbría está ubicado en el
Paraje Natural del Río Piedras, en el espacio denominado Flecha de Nueva
Umbría.
El conjunto que componía el Real de la Almadraba de Nueva
Umbría fue construido en 1929 por el Consorcio Nacional Almadrabero junto a
unas antiguas instalaciones, conocidas como el Real Viejo, pertenecientes a una
antigua explotación pesquera ubicada en el mismo espacio desde finales del
siglo XIX. Nueva Umbría permaneció en activo desde 1929 hasta 1963, año en que se ocupa por última vez el Real y
se cala la almadraba. Las causas de su abandono son confusas, aunque la empresa
argumentó en su momento la ausencia de capturas.
Esta almadraba de buche contaba con dos bocas, siendo de
derecho y de retorno. Su producción se basaba en la extracción del atún rojo y
para ello el trabajo ocupaba desde principios de febrero hasta finales de
septiembre.
El Real está compuesto por diversos edificios que se
articulan en torno a tres espacios principales: la casa del capitán, la zona de
trabajo y almacenamiento de enseres y la zona de vivienda y servicios.
Pese a que el entorno que lo rodea se encuentra protegido
como paraje natural no ocurre lo mismo con el conjunto de la almadraba, que aún
sigue en manos privadas.
El Real de la Almadraba de Nueva Umbría lo constituye el
conjunto de instalaciones construidas a finales de la década de 1920 por el
Consorcio Nacional Almadrabero con el fin de albergar tanto a los trabajadores
y mandos, como a las tareas vinculadas con la actividad desarrollada en la
almadraba.
El conjunto estaba organizado en torno a tres áreas
principales:
La administración: compuesta por la llamada Casa del
Capitán, donde se encontraba tanto la vivienda del Capitán, como la vivienda y
oficina del administrador de tierra.
La zona de trabajo y almacenamiento de enseres: compuesta
por el embarcadero, la caseta del gasoil, las calderas y chimenea, el
alquitranadero, las naves de almacenamiento y escurridero y la explanadas
situada entre la casa del Capitán y la caseta de gasoil, donde se llevaban a
cabo labores de mantenimiento y reparación de redes y pertrechos. Adosadas
a las naves de almacenamiento y
escurridero se encontraban una serie de dependencias, hoy en ruinas, donde se
llevaban a cabo labores como el alquitranado de plomos, carpintería de ribera,
tonelería, cuarto de la cal y casa del tercero.
La zona de viviendas y servicios: compuesta por once
barracones, de los que se conservan actualmente nueve, destinados a bloques de
viviendas de los almadraberos y sus familias, y un área de servicios en la que
destacaban la barbería, escuela, botiquín, etcétera.
Desde el siglo XVI hay noticias documentales del calado de
la almadraba en el mismo espacio que hoy ocupa el Real. Los Duques de Medina
Sidonia obtienen, como pago por los servicios prestados a la corona, el
monopolio de la pesca con almadraba desde la desembocadura del Rio Guadiana
hasta la costa del Reino de Granada. Monopolio que mantienen desde 1294 hasta
1817. Son ellos los que explotan la
Almadraba de El Terrón y de la Tuta, de la cual es heredera directa la de Nueva
Umbría, tal y como lo señala Antonio Sáñez Reguart en el Diccionario Histórico
de las Artes de Pesca, publicado en 1791.
Tras la abolición de los privilegios de los Duques de Medina
Sidonia durante el siglo XIX, se produce un declive en estas artes debido,
entre otros motivos, a la carga fiscal que pesaba sobre la sal. A pesar de
ello, en la costa onubense se seguían calando almadrabas, aunque de poca
entidad, como la Mojarra (Ayamonte), el Portil (Cartaya), el Chucho y el Palo
(Isla Cristina) y la Tuta.
La segunda mitad del siglo XIX supone la reactivación de la
pesca y la actividad salazonera gracias a la puesta en marcha de las industrias
transformadoras de pescado (conserveras) en Isla Cristina y Ayamonte. Éstas
extendieron su actividad llegando a controlar la pesca extractiva y, por ende,
las almadrabas de Huelva, Cádiz y algunas marroquíes. Así pues pasaron de
poseer de tres almadrabas en la costa onubense a principios del siglo XIX a once a finales de la misma centuria.
No existen datos para la historia de la almadraba de Nueva
Umbría y/o El Terrón en el primer cuarto del siglo XX. Es en este momento,
hacia 1925-1929 cuando el Consorcio Nacional Almadrabero se hace cargo de ella.
Debido a la crisis en el sector pesquero y conservero y a la
importancia que estas industrias habían tenido en años precedentes, bajo la
dictadura de Primo de Rivera el estado toma medidas para proteger a estas
actividades de la competencia externa, principalmente italiana. Así, mediante
Real Decreto 560 de 20 de marzo de 1928 se constituye el Consorcio Nacional
Almadrabero, contrato entre el Estado y los principales empresarios
almadrabero-conserveros del sudoeste peninsular, con el objetivo de llevar a
cabo “la ordenación de la pesca de almadraba con sujeción a principios
científico-técnicos (…), el ensayo de métodos y artes, la depuración y
vigilancia de las marcas industriales y la conveniencia de formar para la
defensa de estas el bloque nacional”. Poco después se constituye el Sindicato
Nacional Almadrabero. Este consorcio concentra el capital bajo un número
reducido de sociedades anónimas.
Tras su constitución, una de las primeras medidas del
Consorcio es la creación de centros de producción y poblamiento en Sancti Petri
y Nueva Umbría. Esta última se destinó a dar soporte a la actividad extractiva.
Con toda seguridad es en 1929 cuando se crea el complejo del
Real Nuevo de la Almadraba. En ese mismo año el consorcio adquiere los terrenos
en la flecha de El Rompido, según el Registro de la Propiedad de Ayamonte (tomo
250, folio 134), y construye el Real Nuevo. Lo hacen aprovechando una serie de
estructuras ya existentes, que eran conocidas como el Real Viejo y que, según
el topónimo de la época, se denominaban Casa Carranza. Clara alusión a la
familia gaditana Carranza, uno de los principales actores en la creación del
Consorcio, lo que puede indicar la existencia de un establecimiento almadrabero
en funcionamiento antes de la llegada del Consorcio. Y es en ese mismo año
cuando se produce la primera campaña. Esta almadraba servía de proveedora para
los centros conserveros de Isla Cristina y Ayamonte.
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